Me entregué por completo, me olvidé de mí por largos años, tiré a un lado lo que me gustaba, lo que era, perdí amistades valiosas, me puse en contra de gente muy mía, todo por ti, todo pa nada.
Es hora de poner en orden mis ideas, de hacer más caso al sentido común y menos al corazón, tiempo de resurgir, de que el dolor se vaya, de que ya no me haga ni la más mínima roncha pensar que mi madre tenía razón cuando me dijo que yo merecía algo mejor que tú, que yo contigo no llegaría a ningún lado.
Necesito espacio pa empezar un viaje en el cual me reencuentre con quien era, antes de tomar el mal camino de estar contigo, un camino en el que nunca estuviste, en el que siempre me hizo compañía la más fría indiferencia.
En rehabilitación tengo el alma, la dignidad y la autoestima y dejar eso pa elegirte una vez más no es ni será una opción. Quiero que te quede claro, que no pienso volver a cometer el error de amar, ni a ti ni a nadie, más que a mí mismo.