Van por ahí sin rumbo, cometiendo errores ya conocidos, haciendo coro con personas que los estancan, que les hacen mal y solo desorden tienen pa ofrecer.
No cambian de canal, siguen siendo repetitivos en sus pasos, tomando decisiones incorrectas, mientras se quejan de su realidad y a los demás quieren echar la culpa.
No hacen la tarea, no aprenden la lección, pa después quemarse en el examen y tener que aguantar las duras consecuencias de haber fallado por quinta vez, solo por no haberse mirado en el espejo de aquellos que fracasaron al elegir el mismo camino sin salida.
Y así se pasan toda la existencia en un torbellino sin fin, con la misma espina en el alma, con la misma curita en la herida que no termina de cerrar, porque son cabeza dura y chocan siempre con la misma piedra por decisión propia.